DISCULPAS
Quisiera pedir disculpas a las personas que nombro por hablar de temas bastante delicados y privados, quise desahogarme y mostrar la mierda que comimos e hicimos comer. También quisiera agradecerles por las historias brindadas y expresar mi amor y gratitud hacia ustedes, con todo esto que leerán se darán cuenta de que se forjó una buena persona o un buen intento de ella. Perdón Papá y Mamá por contar ese fragmento del oscuro pasado que vivimos los tres, perdón amor por mostrar un poco de nuestra intimidad, perdón “Sofía” por relatar tu historia y “Santiago” espero que te pudras en la cárcel… maldito ser degenerado, pútrido, sucio y malnacido.
INTRODUCCIÓN AL CAOS
Vengo de una ciudad alegre, pero no feliz. Llena de prejuicios morales y ultra católica. Aburrida, pero interesante ¿Por qué? No lo sé, solo lo dijo un profesor de mi universidad.
Soy tremendamente intolerante, me importa un carajo la vida de las demás personas, tiendo a tener rasgos sociópatas, odio a los ñeros y los mexicanos, estoy hasta el culo de este mundo y los problemas de las personas. No me considero ni feo, ni guapo, simplemente alguien normal, sin nada interesante por hablar. Tengo una adicción al cigarrillo, sexo y la comida. La cuestión con el porno es complicada, entre el cigarrillo y esto, no sé qué consumo más.
La divinidad corporal femenina me vuelve loco, no al punto de atacar físicamente, pero mentalmente me bloquea hasta finalizar la fantasía sexual más extraordinaria, excitante, lubricada, sensitiva, olorosa y casi lúcida que haya existido, mi creatividad se reemplazó por una hipersexualidad casi inevitable. Aquí es donde choca mi otro yo, también soy alguien muy sensible, estúpido, en el sentido de dejarme ver la cara de bobo, protejo todo lo que pueda, especialmente a las mujeres. Crecí rodeado por ellas desde muy pequeño.
No puedo dejar de involucrarme en los problemas externos, es tanto que más adelante hablaré el punto de inflexión en la cuestión de mis acciones, gracias a un evento traumático no muy ajeno a mí, Pero sí cercano.
Me excuso si algunas cosas son confusas y poco entendibles, no sé si es por mi edad, por el choque fuerte de conocer el mundo luego de ser un ermitaño la mayoría de mi vida, la depresión autodiagnosticada y la imposibilidad de salir de ella, ver como el mundo es cruel con todo, no entender por qué las cosas funcionan así, el cliché de encontrarme a mí mismo o diez mil razones más que afectan mi estadía temporal.
MAMÁ
Contando un poco más de quién soy (y agregar la premisa de cómo ha sido mi camino en este mundo con las mujeres), podríamos empezar desde mi “malvenida”. Sin siquiera haber vivido lo suficiente, fui testigo de cómo la vida es una tremenda mierda para ellas. Cuando mis abuelos se enteraron de que su única hija se embarazó, fue lo peor. Dejando a un lado el hecho de ser una izquierdosa, unicaucana, metalera, con un sueño en el arte y muchas mierdas completamente diferentes a ellos, unos fachos conformistas completos, apenas supieron de qué su hija “metió las patas”, la asesinaron.
No la asesinaron literalmente, – entiéndase el intento de dar simbolismo a un evento ajeno y propio – Realmente fue abandonada y dejada a total disposición de mi papá, iniciando una tortura diaria tremenda. El comienzo de una posesividad hacia ella vino del abandono paternal, cómo no había papás que la protegieran, él no permitía que hiciera nada de lo que no quisiera, – hablar con hombres, no hacer oficio, no dejarse mandar de la familia de él – y si llegaba a romper esto, la cascaba porque “así toca hacerlas entender”.
A muy temprana edad comencé a ver esto y sentir una impotencia tremenda, un recuerdo borroso y triste es un día, – en mi inocencia –, esperando a mi madre. Apenas llega a la puerta, salgo corriendo a querer abrir, pero mi papá ya estaba ahí. No entendía qué pasaba, así que fui a saludar. Unas luces fuertes, azul y rojo, reflejaban en el piso de tierra. Paso por un lado de mi padre y veo a mi mamá con un rostro furioso. Dos policías parados al fondo del pasillo oscuro y pedregoso. Sin darme cuenta, sentí un empujón y al voltearme el primer golpe sonó. Los gritos aturdían, me desesperé, no supe qué hacer, solo vi una zona descubierta de mi papá mientras sostenía a mi mamá y golpeé fuerte, lo que más podía, relativamente nada… la policía miraba al fondo – A los años entendí que muchas personas no se “metían en problemas ajenos”, porque seguramente “ella se lo buscó” – Después de todo, solo vi que la soltó, me fui con ella y nada pasó.
Lo sé… se supone que con esto debería de tener un odio completo y total hacia mi padre y no lo tengo, solo entendí que no debo ser como él. Hay cosas que me asustan y trabajo en ello, entender que ciertas prácticas por mínimas que sean son un claro ejemplo de posesividad.
Posesividad y violencia son de temer.
VIOLENCIA
Con mi pareja llevamos un largo tiempo, largo y confuso, Pero ha sido bueno, compañía, sexo, compartir sueños y entender todo lo que es posible hacer con una persona es hermoso. Somos una pareja muy tranquila y amorosa, nuestras mayores peleas – No muy graves, la verdad – fueron un corto tiempo, por culpa del cigarrillo y mi exceso de querer tener relaciones con ella.
Siempre he estado al límite de los excesos, culpo a la literatura que empecé a leer hace muchos años y la facilidad que es encontrar contenido sexual. Charles Bukowski era un man machista, degenerado, borracho, fumador, follador, pero era un creativo ni el hijueputa.
“- ¿Una MÁQUINA DE FOLLAR? ¡No podía serlo! Su piel era piel, o lo parecía, y su lengua cuando entró en mi boca al besarnos, no era mecánica… cada movimiento era distinto, y respondía a los míos.
Me lancé inmediatamente, le arranqué la blusa, le metí mano en las bragas, hacía años que no estaba tan caliente; luego nos enredamos; de algún modo acabamos de pie… y la entré de pie, tirándole de aquel pelo largo y rubio, echándole la cabeza hacia atrás, luego bajando, separándole las nalgas y acariciándole el ojo del culo mientras le atizaba, y se corrió… la sentí estremecerse, palpitar, y me corrí también.
- ¡Nunca había echado polvo mejor!”
“La Máquina de Follar.”
Este, un ejemplo de los mejores libros que he leído de él, “La Máquina de Follar”. Aquí es un punto de inflexión en mi vida, el inicio del cambio de mi creatividad “normal” a una creatividad hipersexualizada, surrealista y ahogada por el deseo y la fantasía.
Inicié el mundo del porno a través de la literatura y a ver, erróneamente, a la mujer como una figura de rebosante placer y sensualidad interminable. Claramente, esto iba a traer problemas a futuro. No conocía el mundo, vivía encerrado, leyendo e imaginando, utilizando a mis compañeras de colegio para imaginarme un capítulo surrealista muy sexual a lo Charles Bukowski, en esos años que empecé a leer, mucho antes de conocer a mi pareja. Esto generó que ante cualquier estímulo, yo quisiera poseer a las mujeres, aclaro, no de manera violenta, solamente veía el acto sexual como lo más maravilloso, hermoso, y valioso de este mundo. No conocía el sexo, pero mi mente sí.
Por lo menos ya sé de donde empecé a fumar, tomar y masturbarme.
También empecé a creer y afirmar – en mis investigaciones o capítulos de otro libro que escribo – que “la energía vital del ser humano es el sexo”. Que muchos trabajan, se esfuerzan, endeudan, viven y esperan una recompensa sexual, o por lo menos con un estímulo similar al sexo. El placer, y más el placer sexual, es por lo que la gente se mueve, muy magnificado por la sociedad capitalista.
Aunque hay algo que refuta un poco mi tesis, lo estaba pensando únicamente por el lado masculino. Ejemplos como yo son los que muestran esta desigualdad sexual entre el hombre y la mujer, la mujer recibe un proceso de castración desde muy pequeñas.
La sexualidad para las mujeres es exclusiva de la “prudencia”. Cuando empecé a ser como contaba anteriormente, paralelo a mí, había una chica de mi salón, que se salió de estos cánones morales y empezar a vivir su vida sexual libremente. Inmediatamente, se convirtió en un tiro al blanco de comentarios e ideas erróneas, lastimosamente fui uno de ellos. En mi inmadurez pensé que al ella haber iniciado su vida sexual, al ser su amigo, podría tener más oportunidades. Claramente no es así. Se tiene una concepción de que si alguien tiene esa libertad lo haría con cualquier persona, un pensamiento bastante machista y aplica para los gais hombres, si un hombre del grupo sale del closet, los demás se alejan porque “ahora me pide que tengamos sexo porque soy hombre y le gustan los hombres”, puede sonar un prejuicio bastante pendejo, pero cuando esto se piensa en una mujer y alguien está lo suficientemente enfermo mental para decir “ella lo hace con cualquiera, yo también tengo que hacerlo y si no quiere, de malas” y él, afirmar que no está haciendo nada malo, se vuelve ese copo de nieve que escala a una avalancha. Lo vuelvo a decir, los violadores o los que defienden estos pensamientos, son unos malditos enfermos mentales.
Cuando conocí a mi novia, por fin empecé a entender todo lo que implica estar con una mujer, no solamente la parte sexual – de hecho eso llegó mucho tiempo después de ser pareja – sino en aprender juntos. Nos conocimos en el grado once, a mitad de año nos hicimos novios. Yo seguía siendo ese ermitaño borracho, pajero y fumador, en cambio ella, totalmente inocente, sana, sin vicios ni nada por el estilo, sobreprotegida por la mamá y brutalmente sobre exigida a sacar las mejores notas de su salón, en comparación a mí que me gradúe de milagro – la vida siempre mostrando lo difícil que puede ser para las mujeres. –
Los dos somos figuras importantes en nuestras vidas, ella esa figura limitadora, pero no carcelaria, una salvadora, y yo, su libertador completo, su quita tabúes, su primera copa de vino, el que la volvió rebelde, Dios creador de una alma irreverente. Es hermosa y cuando digo que aprendimos juntos es porque así lo es. Coincidimos en lo ermitaños, pero no en dificultad. No me había dado cuenta lo mucho que cambié gracias a mi mamá y ella. Ese niño que creía que si una mujer tenía libertad era objeto de habladurías, murió. Vi que esos comentarios no eran exclusivos de los hombres.
Cuando quisimos empezar a planificar con ella, mi suegra casi se muere al escuchar que su hija – la menor de cuatro, donde 2 ya tenía hijos, la mayoría de sobrinas igual – quería planificar, no le importó que fuera víctima de abuso por parte del primo, “cómo no hubo penetración, no pasó nada”, pero sí de que ella decidirá sobre su sexualidad. Se evidenciaba tremendamente esta represión sexual femenina por parte de ella, que no notaba que el principal factor de que la mayoría de mujeres embarazadas, terminaban así por esconderse de ella y no saber como protegerse – Aunque no quiero caer en este error de que la única que planifica es la mujer, lastimosamente para el hombre solo hay condón y ellos son la causa mayor de esta problemática. –
Quisiera o no la mamá, nosotros lo hicimos, no tenemos condiciones para mantener un bebé, pero tampoco estamos para cohibir de las necesidades esenciales del ser humano. Dicen que las relaciones son una atadura, pero para nosotros fue la libertad total.
Con ella por fin conocí eso que tanto leía y veía, sentí lo maravilloso que es, nació la tesis de “el sexo como energía vital del ser humano”, pero también la diferencia entre sexo y hacer el amor, sigo siendo alguien que aprende de la vida a su ritmo. Con ella entendimos lo maravilloso que puede ser hacer el amor.
Volviendo a este año, una chica muy cercana a nosotros decía siempre querer tener una relación como la nuestra, no miento, me sube un poco el ego saber esto. Nuestro mejor consejo era “no te afanés, en cualquier momento te llega”. A los meses un “Man” llega a la casa – la visita de nuestra amiga. –
Pongamos nombres para entender un poco mejor y no exponer las verdaderas identidades, a ella Sofía, a él Santiago.
Sofía estaba nerviosa, pero emocionada, era la primera cita sería después de tantos años de encierro en su casa – coincidimos los tres en esto, mi novia, Sofía y yo, unos ermitaños completos – Él entra y saluda de una manera extraña, no me cuadró mucho la idea, así que hablé con mi novia “este Man no me cuadra” recibiendo una respuesta igual. Salen, voltean, comen, van al cine y la trae. Ella nerviosa nos dice que opinamos de él y respondemos nuestra inquietud, pero dando una oportunidad de conocerlo mejor.
Veo necesario hacer un intermedio y hablar de un tema que a nadie le he dicho, tiendo a tener un tipo de posesividad disfrazada de protección hacia ellas dos, son personas bastante especiales para mi vida, tanto que hasta en un punto he llegado a considerar estar con ellas siempre.
Desde esta cita con Santiago me sentí un poco amenazado, como la llegada de un nuevo integrante masculino a la manada oculta en la cueva, claramente tuve que esforzarme y quitarme este sentimiento por el hecho de no ser nada de ella.
Los meses pasaron y ellos seguían saliendo, él venía y estaba integrado con nosotros, empezamos a convivir y entender que prácticamente ya hacía parte de nosotros. Lo extraño de esto era la insistencia de Santiago en seguir, Sofía le había dicho que no quería ser su pareja, así siguió como año y medio hasta que ella por fin accedió o cedió ante su insistencia.
Voy a hablar un poco de Santiago, es un tipo de bastante calle, trabajaba para tomar y comprarle cosas a Sofía, le gusta el Perico y la Mariguana, su mamá lo abandonó de pequeño por drogadicta, creció con su abuela y de vez en cuando, su figura paterna, un militar, o policía, no recuerdo. Tuvimos un poco en común con la música, el cigarrillo y Sofía. Nos gustaba el Chirrincho y la cerveza, pero siempre llevaba una ventaja brutal en el mundo nocturno, yo era más creativo y fantasioso con ese mundo que aún no conocía. Tuvo mejor confianza con la mamá de Sofía, esto ayudó bastante para que empezáramos a salir más los 4, y también para que la madre de ella la sacará un poco de ese capullo protector de la realidad en la que la tenía. Demasiada confianza para mis gustó con la mamá. También tiene un pensamiento hipersexualizado, con algunas cosas extrañas, como el hecho de darle estimulantes sexuales a sus amigos que están con sus parejas para que tengan sexo en su casa (vive solo), igualmente, dice creer ser bisexual.
Sofía es una chica de casa, creció en un hogar humilde. Su padre la dejó a su mamá, hermanas y a ella por otra mujer, se fue a vivir con la amante a dos casas de ellas. Es muy reservada, callada, sin ningún vicio. También fue exigida con la excelencia académica, aunque un poco menos estricto. No sale más allá de su trabajo o estudio a la casa. Le gusta el manga homosexual y no le gusta la cerveza.
Santiago y Sofía no coincidieron, a pesar de ser polos opuestos como mi pareja y yo, simplemente no sirvió. Sin embargo, seguía con nosotros y detrás de ella.
La mamá de Sofía siguió en constante comunicación con él. A la madre le gustaba salir a discotecas y tomar, y Santiago le cumplía con todo eso con tal de que le dejara ver a su hija. Sofía, aunque indispuesta, accedía a acompañarlos.
Si alguna vez hubo amor entre ellos dos, Sofía ya no lo sentía más, en lo más mínimo, y él no quería aceptarlo. Un día, compartiendo un cigarrillo con Santiago, me mostró fotografías teniendo relaciones con otras mujeres, me mostraba “sus trofeos” con orgullo. Confundido porque no entendía cuándo sacó todo este contenido, pregunté fechas, recibiendo una respuesta poco grata. El tiempo coincidía cuando estaba en una relación con Sofía. No dije nada, solo pregunté si tenía todo eso, ¿por qué sigue detrás de ella?, simplemente no lo quiere más, escuchando la frase que no olvidaré nunca: “Hasta que yo no vea que ella está con alguien que realmente la ame, no la voy a dejar”.
Por más de que advertí a Sofía del comportamiento extraño de Santiago, y tener ese impulso de protección, simplemente perdí. Un día salió Sofía con la Mamá y Santiago (llegó de la nada), las llevó en su moto a pesar de la inconformidad de Sofía y la ingenuidad de la Mamá. Debió llegar hace media hora con nosotros después de dejar a la mamá donde la Abuela… Sofía fue violada por Santiago, como si ella fuera una deuda pendiente, reclamada como esa cosecha que hizo durante tantos años, reclamando el dinero que nunca le pidieron, quitándole a ella el derecho de elegir, mostrándome que tuve razón sobre él, demostrar que cosas tan horribles pueden pasar de personas cercanas. Él me enseñó lo horrible que puede ser el acto más hermoso, se convirtió en el acto de posesividad y violencia personificado.
Me sentí nuevamente como ese niño desorientado al verlo alegar que no hizo nada malo, rodeado de dos policías. Sofía lloraba destruida a lo lejos, mientras la protegíamos con mi pareja y otros tres policías conversaban entre risas atrás de nosotros. No pude golpearlo, no pude decir nada, simplemente me dejó siendo ese niño golpeándole los cojones al papá.

¿POR QUÉ SOY MACHISTA?
¿Que por qué soy machista? Maldita sea, posiblemente por la jerarquía de poder en la que crecí, me acostumbre y me tuve que desacostumbrar, por la forma en que vi el mundo desde niño, donde las mujeres no tenían la más mínima pisca de autoridad sobre su vida, donde me lavaban la ropa, me preparaban comida, por dejar las cosas, de vez en cuando a ellas, por cansancio o pereza, entre mil razones más. Aunque tampoco lo soy, no a un nivel grande, crecí con mujeres y por ello tuve ciertos cambios en mí y mi percepción de la vida, trato a todos igual, lo único que cambia de como percibo a alguien es con su nivel de intelectualidad, empieza a admirar a esa persona sin importar el sexo.
Ya me quedé sin ideas sobre en que carajo soy machista, como venía hablando desde el principio me importa un carajo, no quiero empezar a creer que por ser hombre soy machista, no quiero autocensurarme. Quería concluir esto de la mejor manera posible, pero me siento forzado a auto-percibirme de una forma que no soy. No soy el ‘aliade’, no soy el violador, no soy el más valiente, no soy el mejor hombre que pueda existir, no soy el defensor. No soy el más, el menos, el normal, ni siquiera el machista. Solamente soy un vicioso, alcohólico, autodiagnosticado como deprimido, pajero, hipersexualizado y que tuvo a la imagen de la mujer como una netamente sexual, seductora y llena de placer. Si es de discriminar, joder y molestar lo hago parejo.